La pobreza en Bilbao
La otra realidad de la gran ciudad
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Por Daniel Martínez, Paula López, Lucía Pérez y Pablo Ochagavía
Introducción
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La definición de pobreza es la escasez o carencia de lo necesario para vivir. La conmemoración del Día Internacional para la erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día más de 100.000 personas se congregaron en la plaza de Trocadero, en París, donde en 1948 se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. La pobreza es una violación de los Derechos Humanos y afirman la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto.
Poner fin a la pobreza en todas sus formas es el primero de los 17 objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha necesitado de sus recursos para subsistir. Debido a ello, cada individuo ha tenido que lidiar con sus bienes para mantenerse día a día en su sociedad. Respecto a los tiempos que nos tocan, el siglo XXI ha mantenido la división de clases que siempre se han mantenido con el tiempo.
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Con el inicio de siglo y los avances periodísticos de la información, se ha logrado una mayor amplitud de conocimiento gracias al desarrollo informático. Con esta revolución, son muchos los medios que han ayudado a la población del primer mundo a conocer no solo la pobreza en la que otros países están sumergidos debido a su poco desarrollo, sino que también han podido conocer las necesidades de la población que también reside en el conocido primer mundo.
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Aproximadamente la mitad de la población humana vive con 2,5 dólares o menos al día, mientras que sólo el 0,7% de la población mundial controla el 45,6% de la riqueza del planeta. En los últimos seis años los más ricos han visto cómo sus fortunas se duplicaban, al mismo tiempo que las capas más pobres se han empobrecido aún más.
En referencia a la sociedad mundial, unos 1.000 millones de niños en todo el mundo son pobres y 22.000 niños mueren cada día a causa de la pobreza. En 2011 la cantidad de niños de cinco años o menos a los que se les diagnosticó cese de crecimiento y desarrollo debido al hambre crónica fue de 165 millones. Las enfermedades prevenibles como la diarrea o la neumonía cobran la vida de 2 millones de niños al año. Son menores que viven en la pobreza y no tienen acceso al tratamiento apropiado. Una cuarta parte de la población humana, o 1.600 millones de personas, viven sin electricidad.
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Si hacemos una radiografía de la pobreza en España, esta destaca en la UE por su alta tasa de pobreza y su escasa capacidad de reducirla: una de cada cinco personas viven bajo el umbral de la pobreza.
Pero en relación a lo que nos toca, lo que realmente vemos día a día, es la pobreza que existe en el primer mundo, como por ejemplo España, o más concretamente, la ciudad de Bilbao. Casi 9 de cada 10 personas (87,5%) en la Carga Anual Equivalente (CAE) está en una situación de bienestar. Este resultado es inferior al registrado en 2008 y en 2016. La tasa de pobreza real ha seguido creciendo y es el 6,1% de las personas de la CAE.
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Durante los últimos dos años ha crecido la tasa de personas que carecen de recursos para la vida cotidiana a la vez que disminuye la tasa de personas que no pueden generar recursos para imprevistos o ahorro.
A lo largo de la última década, la tasa de pobreza real muestra un perfil creciente tanto en la CAE como en Bizkaia, e incluso en el último trienio (2016-2018). El resultado es un incremento de 1,9pp y 1,8pp de la tasa de personas en situación de pobreza real en la CAE y Bizkaia, respectivamente. La proporción de personas en Bilbao en situación de pobreza real asciende al 10,1%, con una progresión de incremento continuado desde 2008 (7,6%). No obstante, los resultados de 2018 deberían ser considerados con cautela, antes de interpretarlos como un cambio de tendencia.
A la vista de todos estos datos podemos ver que los pobres son más pobres. Pero la llegada de la pandemia va a ser un factor que con toda seguridad alterará todos estos datos.
Sobre los primeros datos estudiados algunos medios aseguran que la pandemia puede generar más de un millón de pobres en el Estado. Si no se toman medidas, tras la pandemia el 23,7% de la población del Estado estará en situación de pobreza.
“El impacto de la pandemia dejará aproximadamente más de 15.550 pobres en Euskadi” informa José María Vera, director ejecutivo interino de Oxfam Internacional. “La falta de recursos afectará al 9,45% de la población vasca”.
La investigadora de la UPV/EHU, Amaia Bacigalupe, analiza la relación entre el desempleo, lugar de residencia y la tasa de infección por Covid - 19, y asegura que la pobreza es un “factor de riesgo” para la Covid- 19.
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Según estudios, aquellas personas de nivel socioeconómico más bajo están expuestas y por tanto se contagian más. Trabajan en sitios donde el teletrabajo no es posible, se utiliza más el transporte público, las viviendas son más pequeñas y se vive más hacinado. Todo esto lleva a mayor probabilidad de contagio.
Pero cómo está influyendo la pandemia en el aumento de la pobreza o cómo está viviendo la gente más necesitada esta situación quienes mejor lo pueden saber son los que están al pie de calle ayudando y valorando lo que está pasando.
Bizitegi
¿Qué es Bizitegi?
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Bizitegi es una asociación sin ánimo de lucro fundada en el barrio bilbaíno de Otxarkoaga en 1980 con el objetivo de realizar trabajo comunitario.
En 1997 fue reconocida como Entidad de Utilidad Pública.
La misión principal de esta asociación es trabajar en favor de la situación de las personas en situación de exclusión social.
El objetivo es acompañar y empoderar a las personas en sus procesos vitales con el objetivo de que mejoren sus condiciones de vida, realicen acciones de sensibilización para la transformación social y denuncia a favor de una sociedad más justa.
Bizitegi posee siete centros de día y varios pisos situados en la ciudad de Bilbao donde conviven varias personas. Los centros funcionan por ámbitos, los cuales a su vez tienen programas en los que se realizan talleres y actividades específicas de cada ámbito. Hay un acompañamiento acorde a cada persona en sentido sanitario, económico, administrativo…
La asociación trabaja con la exclusión en general, especialmente con la exclusión residencial, personas con enfermedades mentales y con personas en situación de drogodependencia.
Cuando una persona nueva ingresa en Bizitegi se trabaja en un proceso de inserción para que posteriormente pueda llegar a acudir a los centros de día de la asociación o incluso a los pisos pertenecientes a Bizitegi. Sería un proceso de un caso de exclusión muy grave a tener una situación más estable.
En cuanto a aspectos sanitarios y alimenticios, esta asociación se coordina con el servicio municipal de urgencias sociales proporcionando a los usuarios de esta asociación las tarjetas de comedor del ayuntamiento de Bilbao, y también con el servicio de psiquiatría de Osakidetza, para los aspectos sanitarios.
Aparte de participar en manifestaciones como el 8M y el 25N, la asociación tiene un programa específico de mujeres en situación de exclusión grave y únicamente formado por ellas llamado Borobiltzen.
Sin duda, la función más importante de la asociación es la sensibilización de la situación de estas personas, la defensa de sus derechos y ponerles voz.
Bizitegi desde el interior
El último estudio del gobierno Vasco redactado como informe temático en 2019 sobre la desigualdad y la pobreza en Bilbao, indica que alrededor de 20.000 personas están en situación de pobreza en la ciudad.
Esta institución tiene una partida de dinero y unos servicios sociales muy amplios para hacer frente a la exclusión. Entre ellos, asociaciones como Bizitegi y servicios sociales de la red pública.
“La pobreza y la exclusión social van de la mano pero no se hereda, sino que las personas que viven en situación de exclusión social y situaciones desfavorecidas, el funcionamiento del sistema hace que entren en una dinámica de dependencia con las instituciones que perdura en el tiempo y diferentes generaciones” explicaba firmemente Garazi Ojanguren, trabajadora social de Bizitegi.
Esta exclusión previamente mencionada, es desigual entre hombres y mujeres. En ellas solo por serlo, como en otros aspectos de la vida, se da más una situación desfavorecida y desprotegida.
En el panorama actual nos encontramos con los trabajadores pobres (con trabajos informales) que son un grupo numeroso entre las personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Quizás no se llegará a formar un sector nuevo de la pobreza, pero sí existirá esa situación sin lugar a dudas, ya que el mercado laboral está cambiando y es cada vez más precario y menos estable.
Respecto a la situación causada por el COVID - 19, desde Bizitegi se prevé que los años venideros como consecuencia del COVID-19 respecto a la pobreza afectarán notablemente a las personas que vivían en el límite, es decir, provocará una situación muy desfavorecida para quienes con lo poco que tenían, seguían adelante con lo justo.
También se estima que esta crisis sanitaria generará una gran diferencia de clases debido a la crisis económica que originará y a que actualmente la sociedad se está polarizando.
En cuanto a si surgirá una diferenciación entre las situaciones de pobreza que pudieran existir con anterioridad y las que surjan de la crisis económica asociada a la crisis sanitaria, Garazi declaró: “Creo y espero que no, porque sería discriminatorio. Las medidas que se tomen ante el problema de la pobreza deberían ser iguales en todas las situaciones.
Actualmente, las partidas y salidas económicas que se han puesto en marcha con esta crisis sanitaria se han distribuido para todos los tipos de pobreza y no solo para quien ha perdido su trabajo por el COVID - 19”
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Voluntariado en Bizitegi
Desde sus inicios, la asociación ha contado con un número de voluntarios que acompañan en este proceso a cada una de las personas que forman parte de él.
Su labor es tan importante como la de los demás trabajadores que conforman esta asociación.
Agus Martínez, voluntaria de Bizitegi y colaboradora del proyecto Aletu empezó yendo como participante de un teatro, le gustó el ambiente, las actividades y las personas con las que trabajó y decidió continuar su aventura.
En estos momentos de incertidumbre, los voluntarios son las personas que están más a pie de calle. Nos informan de que en Bizitegi, al existir un vínculo que se desarrolla con el tiempo, las personas se sienten muy arropadas y es por eso que la sensación de miedo y preocupación desaparece.
En el perfil de la gente que se dirige a la asociación, por lo general, sigue siendo la misma gente que estaba en situación de calle, aunque sí ha aumentado la cantidad de personas nuevas especialmente desde el primer confinamiento.
“La gente que vive en la calle se ha adaptado bien a todos los protocolos sanitarios actuales y que incluso para algunas personas en situación de alcoholismo, les ha venido bien el cierre de bares y establecimiento de ocio, reduciendo así su consumo de alcohol diario” apuntaba Agus.
“Las personas que acuden a Bizitegi no se ven más indefensas ante esta situación, porque al ser todo centros de día, pasan acompañados la mayor parte del tiempo y por la noche se refugian en albergues”, explicaba Agus.
“Por poder todo el mundo podría realizar esta acción solidaria, pero se debe de tener un mínimo de sensibilidad y tiempo para poder realizar bien esta labor tan importante”
En cuanto a la labor realizada por los voluntarios, al principio existe una barrera que con el paso del tiempo va desapareciendo y dando paso a un vínculo de confianza y sinceridad.
También confiesan que hay mucho que aprender sobre las personas con las que trabajan ya que han vivido una realidad muy diferente a la de la mayoría.
“Lo que más me llena de mi labor como voluntaria es sin duda el cariño que recibes y das, el vínculo que se forma y sus caras de felicidad durante sus diferentes progresos dentro de la asociación”
La Cruz Roja de Bilbao
La Cruz Roja de Bilbao tiene en el Plan de Salud el compromiso de promover la salud, que se centra en los grupos vulnerables. La Directora Provincial de Voluntariado, Participación y Desarrollo Local, Belen Atxutegi Izquierdo junto a Víctor Gutierréz, Director de Cruz Roja de Bizkaia, nos explican cómo funciona la Cruz Roja.
La misión principal de la organización de la Cruz Roja de Bilbao es estar cada vez más cerca de las personas vulnerables en los ámbitos nacional e internacional, a través de acciones integradas, realizadas esencialmente por voluntariado y con una amplia participación social y presencia territorial. La visión de la Cruz Roja como “organización humanitaria de carácter voluntario, fuertemente arraigada en la sociedad, dará respuestas integrales a las personas vulnerables desde una perspectiva de desarrollo humano y comunitario, reforzando sus capacidades individuales en su contexto social”, explica Belén Atxutegi.
Las personas que acuden a esta asociación son voluntariado, alumnado, socios/as, personas usuarias en situación de vulnerabilidad social y personas en situación de vulnerabilidad sanitaria.
Belén Atxutegi cuenta que se hace cuando una nueva persona ingresa en Cruz Roja: “En el caso de Voluntariado se hace una primera acogida con una entrevista personalizada que es donde comienza las diferentes fases de promoción, incorporación, participación y reconocimiento”.Para las personas usuarias de los diferentes programas desarrollamos el denominado Marco de Atención a las Personas donde se realiza una valoración de cada caso y se realiza un itinerario integral adaptado a las necesidades.
Respecto a la alimentación de sus integrantes, Belén afirma que “se trabajan programas relacionados con la Promoción de la salud y alimentación saludable tanto en el personal laboral, voluntariado, alumnado, usuarios y usuarias, et.”
La perspectiva de Género se incorpora de manera transversal en Cruz Roja, en la cultura organizacional, en las estructuras y en los procedimientos de trabajo. “Se trata de que el compromiso por la igualdad de oportunidades sea una realidad que alcance a toda la sociedad” declara Belén sobre algún proyecto relacionado con la igualdad de género, feminismo… en la Cruz Roja.
La función más importante de la organización se resume en nuestro lema: "Cada vez más cerca de las personas", afirma Víctor.
La previsión de los años venideros como consecuencia del COVID-19 respecto a la pobreza según Atxutegi: “Estamos viviendo ya una crisis económica y social muy grande que afectará a muchas personas y familias, especialmente a las más vulnerables”.
“Es difícil vaticinar el futuro, ni siquiera a corto plazo, sabemos lo que hay ahora y actuamos ante este escenario” añade Víctor sobre la crisis de una gran diferencia de clases que generará el COVID-19 debido a la crisis económica que originara.
No hay duda que desde Cruz Roja siempre estarán respondiendo a la evolución de las situaciones de vulnerabilidad en la sociedad.
En primera línea
No solo cuentan las palabras de quienes ayudan a la pobreza en Bilbao, también es importante conocer y dar voz a aquellos que pasan cada día en el frío suelo de San Mamés o quienes piden comida sin descanso en las puertas automáticas de los supermercados. De las cuatro entrevistas que hemos realizado, solo hemos obtenido una con éxito. Esto se debe al rechazo y reticencias de las personas sin hogar que se han visto violentadas ante el hecho de poder ser grabadas y compartir su experiencia para el reportaje. Dos de ellos han alegado que no conocían el idioma y han negado continuamente con la cabeza a cada una de las preguntas que les hemos realizado. El más conflictivo, alojado entre cartones en la bajada de la Facultad de Ingeniería, ha agredido a uno de nuestros compañeros tirando el teléfono con el que realizaba la grabación. Estas reacciones sorprenden cuando se trata de un reportaje que tiene como intención dar imagen y visualizar la realidad que las personas “sin techo” deben vivir cada vez que se levantan con la espalda arqueada y con el estómago en un puño. Al final, parece que la coraza que estas personas se han creado a base de golpes e injusticias impide abrirse y responder o incluso recibir un mínimo de ayuda por miedo a que vuelvan a ser golpeados.
Sin embargo, José Perez, jornalero de Madrid, recibió encantado la entrevista. Estaba sentado en un banco de la calle María Diaz de Haro en Indautxu con un cartel escrito pidiendo ayuda y un pie vendado. Lleva en Bilbao desde Agosto buscando un trabajo que al final no salió y la mala suerte lo ha llevado pedir en la calle. Para él la Covid no ha supuesto ningún cambio a la hora de recibir ayuda.
“En el albergue municipal duermo cada día pero enseguida me van a echar”
José hace una declaración de gran importancia para el reportaje que abre un gran debate en cuanto a las ayudas que reciben las personas de España frente a otra nacionalidad:
“No soy racista, pero por desgracia, se tiene más en cuenta a la gente de fuera que a alguien de aquí. Ni RGC (Renta Garantizada de Ciudadanía) ni nada y además tengo que cambiar los papeles e irme cuanto antes a Burgos”.
José se levanta cada día a las 8 de la mañana y pasa de calle en calle pidiendo limosna a la gente que pasa. Lo máximo que puede ganar en una “jornada” pueden ser 4 u 8 euros y suele acostarse sobre las 2 o 3 de la mañana debido al intenso frío que pasa en el albergue. Nos explicó también el motivo por el que llevaba un pie vendado:
“Me estaba duchando y tropecé con un agujero que había y los dos dedos rotos”
Este tipo de ejemplos muestran la cruda realidad que supone vivir en esta situación indeseable en la que pasas frío, estás expuesto a condiciones inmundas y en ningún momento las ayudas que se prestan terminan siendo insuficientes.